Si creías que los retales, los hilos y las alfileres en los puños de las camisas eran cuestiones de ciudadanos de a pie, estabas muy equivocado. Nada más lejos de la realidad, son muchos los famosos que han cambiado sus propias medidas de escándalo por un metro de vinilo amarillo y una tiza.
Liz Taylor fue pionera en eso de garabatear sus diseños en un papel y enseñar al mundo su propia visión de la moda. En 1968 descubre al mundo su colección, siendo la primera celebridad de la gran pantalla en hacerlo. Después de su éxito en la moda, llegó su destreza para la creación de perfumes y joyas.
La reina de pop, Madonna, junto a su hija Lourdes, cambiaron sus idas y venidas de Los Ángeles a Londres, ciudades donde se encuentran sus principales residencias, para estancarse, al menos por un tiempo, en Material Girl, la firma de moda creada por madre e hija para un consumidor adolescente.
Ellos también participan: Robbie Williams también se atrevió con el diseño el pasado año. El británico lanzó Farrel, una selecta colección de camisas, abrigos y bufandas; para hombres, con un toque clásico. Su colega de profesión, Liam Gallagher, líder de Oasis, cambió por un tiempo los micrófonos y los escenarios por solapas y ojales creando una línea casual llamada Pretty Green.
A nivel nacional, Penélope y Mónica Cruz se atrevieron con la moda vintage inspirándose en los años 50 y 60 para la colección de 25 piezas creadas para Mango. Y con algo menos de popularidad, Pilar Rubio, que diseña sus propias camisetas desde los quince años, en numerosas ocasiones se le ha visto vestida de “ella” como ella mismamente indica, con prendas no solo diseñadas por ella, sino también confeccionadas y estrenadas, por supuesto, en la pequeña pantalla.